Este artículo lo desarrollé en base a mi experiencia personal en la clínica diaria ¿Cómo lidiar con la pérdida de un paciente en Medicina Veterinaria? Un mensaje para el alma veterinaria y su entorno por Carlos A. Bastidas C.
Este artículo lo desarrollé en base a mi experiencia personal en la clínica diaria ¿Cómo lidiar con la pérdida de un paciente en medicina veterinaria y su entorno? por Carlos A. Bastidas C.
Si eres veterinario, estudiante de veterinaria o simplemente alguien que ama a los animales, esto es para ti. Hoy vamos a hablar de un tema que no solemos poner en los titulares, pero que pesa fuerte en el corazón, perder un paciente.
Imagínate esto,tú en la clínica haciendo todo lo que está a tu alcance, horas de esfuerzo, consultas, tratamientos, y ese amor que solo los veterinarios sabemos dar, pero a pesar de todo hay veces en que la balanza no está a nuestro favor, y cuando eso pasa el golpe es durísimo!.
Es normal sentir que fallaste, que podrías haber hecho algo más, pero, ¿sabes qué? no es así, hiciste todo lo humanamente posible, y eso ya es muy loable, porque los veterinarios siempre tratamos de hacer hasta lo imposible para evitar el sufrimiento de nuestros pacientes.
¿Por qué no debemos sentirnos culpables?
Primero, porque la medicina no es magia. Sí, tenemos ciencia, tecnología y mucho corazón, pero no siempre podemos controlar todo. Hay enfermedades, traumas y condiciones que simplemente no se pueden revertir, incluso cuando el caso se deriva a veces no se puede hacer mayor cosa, aunque siempre tratamos de hacer más!.
Segundo, porque dar lo mejor de ti, con empatía y esfuerzo, ya es un triunfo. Los animales que pasan por nuestras manos sienten ese cariño, y sus tutores también, aunque el desenlace no sea el que esperamos, tu trabajo fue un acto de amor y compromiso.
Ser veterinario es como subirse a una montaña rusa emocional. Un día celebramos con alegría porque logramos salvar a un pequeño guerrero de cuatro patas, y al siguiente lloramos en silencio por la pérdida de otro, estas emociones nos humanizan y nos recuerdan por qué hacemos lo que hacemos.
Pero, ¿adivina qué? No tienes que tragarte todo el dolor, hablar con colegas, amigos o incluso un terapeuta es clave. Compartir lo que sientes no te hace menos profesional,te hace más fuerte, más humano.
A quienes llevan a sus mascotas al veterinario: recuerden que detrás del uniforme hay un corazón gigante que late por cada paciente. Nosotros sentimos sus pérdidas como propias, pero también necesitamos su empatía. Somos humanos, con días buenos y malos, y a veces las decisiones que tomamos son increíblemente difíciles.
A los veterinarios y futuros veterinarios: permítanse sentir. No son robots. Las lágrimas que derraman y los momentos de silencio frente a un paciente perdido son prueba de que aman lo que hacen, la culpa no tiene cabida aquí porque el esfuerzo que ponen es invaluable.
Así que la próxima vez que te sientas culpable, respira, recuerda que aunque el resultado no fue el esperado, fuiste un rayo de esperanza para alguien, y eso, querido colega, es un regalo que no tiene precio.
Y para todos los demás: gracias por confiar en nosotros, incluso cuando las cosas no salen como planeamos. Trabajamos con el corazón en la mano, y eso nunca cambia.
Siempre es bueno hablar de estos asuntos con alguien! No se los guarden! No están solos! Y ánimo que han escogido la mejor carrera del planeta!
Con mucho cariño para todos mis colegas, alumnos y para mi equipo de CABC Clinica Veterinaria
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